PISTA NÚMERO 9, PALACIO DE LOS GOLFINES DE ABAJO

 

A camino entre la Plaza de Santa María y la Plaza de San Jorge nos encontramos con uno de los más destacados edificios de la ciudad monumental. Presenta elementos típicos de la casa-fortaleza gótica del siglo XV y decoración plateresca del XVI en su crestería.

 

En la fachada principal, la puerta se abre en arco de medio punto y largas dovelas, con escudos a ambos lados. Sobre la puerta dos ventanas enmarcadas con alfiz decreciente trilobulado y cerrado en la parte alta: la ventana superior es un ejemplo del arte del renacimiento, bilobulada y con mainel de mármol rematada con capitel jónico. Sobre ésta, el escudo de los Reyes Católicos, por debajo el escudo de los Golfines sujetado por dos ángeles y un láureo y la inscripción “Fer de Fer”.

 

La crestería que corona el palacio es de granito, mostrando filigranas que representan animales mitológicos (flameros e índigos) entre florones, dragones alados y afrontados que en nada envidian al Palacio de Monterrey en Salamanca, de donde probablemente se inspiró el cantero o el propio Sancho de Paredes Golfín, camarero de la Reina Isabel la Católica, dueño y señor del palacio en el momento de la construcción de la filigrana.

 

Según una leyenda muy conocida en la ciudad, se dice que los atardeceres del verano en Cáceres son tan largos y hermosos porque el sol se despide cada día perezosamente de las piedras del Palacio de los Golfines de Abajo.

 

Destacan dos torres en este palacio: a nuestra derecha una torre muy alta, con matacanes y grandes ventanas en arco rebajado en los dos lados y otra torre, en el centro de la fachada, con el escudo de los Golfines bajo yelmo y lambrequines, entre dos medallones. Bajo el escudo se lee la inscripción “Esta es la casa de los Golfines”.

 

Fue alojamiento de los Reyes Católicos en sus dos visitas a la ciudad. En su interior destaca el Salón de los Linajes y un pequeño patio rectangular sustentado por ocho esbeltas columnas, en el que se conserva una lápida sepulcral con la inscripción “Aquí esperan los Golfines la Resurrección de los Muertos”.

 

Fue declarado Monumento Histórico-Artístico el 4 de junio de 1931.